Este año he tenido el privilegio de proponer y diseñar para el Banco Interamericano de Desarrollo, el Bootcamp Virtual para la Enseñanza Remota. Es un taller intensivo de solo una semana de duración que responde a la súbita demanda por acelerar la migración de la docencia presencial a la docencia remota, a raíz del COVID-19.
El Bootcamp le ofrece a docentes de la región de América Latina y el Caribe un conjunto de directrices esenciales para el diseño de una estrategia preliminar de enseñanza en remota.
¿Porque he elegido el desarrollo de una estrategia individual para la docencia remota como el producto final de esta experiencia?
Por las siguientes razones (y principios de diseño):
1. Se aprende haciendo, no solo viendo videos o leyendo.
2. El principal objetivo de un proceso de aprendizaje es el desarrollo de nuevas capacidades o competencias de los estudiantes.
3. La clave de la docencia efectiva y de calidad se centra en su diseño de la experiencia educativa, no solo en la «virtualización» de contenidos o en el uso de la tecnología.
4. Transitar desde la docencia presencial hacia la docencia remota requiere que cada docente enfrente y supere los aprensiones y desconocimientos que pueda tener sobre la modalidad. Estos temas deben ser abordados dentro del proceso de formación.
5. La docencia efectiva y de calidad, presencial o remota, requiere precisión y coherencia en sus objetivos de aprendizaje, evaluaciones, actividades y recursos.
Guiado por estos principios, formulé los siguientes objetivos de aprendizaje para los participantes del Bootcamp Virtual:
1. Reflexionar sobre las preferencias, hábitos y capacidades individuales e institucionales para la docencia remota.
Este objetivo invita a los docentes a analizar sus aprensiones, motivaciones y recursos a su disposición, al igual que para sus estudiantes. También, los estimula a empoderarse, tomar acción e indagar sobre los recursos que puedan tener a su disposición, incluyendo los servicios y herramientas que le ofrece su propia institución.
2. Analizar los principales elementos que integran un entorno de aprendizaje online y sus equivalentes en la enseñanza presencial.
Mediante este objetivo, los participantes logran: analizar cómo funciona la educación a distancia; distinguen conceptos comúnmente utilizados; y contrastan algunas diferencias entre la docencia presencial y la docencia remota.
3. Formular una estrategia preliminar para migrar de la docencia presencial y sincrónica a la docencia remota y asincrónica.
Este objetivo se convierte en la columna vertebral de todo el Bootcamp (aprender haciendo). Para facilitar su logro, diseñé una «Guía de Aprendizaje» y una «Plantilla para el desarrollo de la estrategia preliminar«. Ambos proveen las instrucciones, ejemplos y estructura para completar el proyecto de forma remota y asincrónica. De esta manera, pueden experimentar qué implica ser estudiantes a distancia. También se les demuestra, con el ejemplo, cómo podrían diseñar sus clases. La experiencia incluye oportunidades de ofrecer y recibir retroalimentación entre pares, fomentando la interacción entre participantes, el exponerse a una mayor diversidad de ejemplos y a fomentar las relaciones entre docentes en toda la región de América Latina y el Caribe.
4. Identificar posibles acciones que contribuyan a su desarrollo profesional.
Finalmente, mediante este objetivo, pretendo empoderar a los participantes para que tomen las riendas de su propio desarrollo profesional. Más allá de los certificados e insignias obtenidas y de los cierres emotivos, propios de un proceso intensivo de formación, cada participante debe compartir ejemplos de acciones concretas que habrá de tomar para continuar desarrollándose profesionalmente. Independientemente de que las lleve a cabo o no, el ejercicio les permite, al menos, identificar posibles acciones a tomar en un futuro cercano.
El diseño de un proceso de aprendizaje resulta ser el producto de una constelación de supuestos.
Como diseñadores instruccionales, hacemos supuestos sobre muchos temas, incluyendo los siguientes:
- el desafío real que enfrentan los participantes
- su perfil (ej. motivaciones, inquietudes, conocimientos previos, nivel de comprensión lectora, etc.)
- la pertinencia de los objetivos formulados
- la autenticidad de los productos y acciones a evaluar
- la pertinencia de las actividades de aprendizaje diseñadas
- la precisión de las instrucciones ofrecidas
Como regla general, si un proceso de aprendizaje no llega a ser efectivo, como diseñadores o docentes tenemos la responsabilidad de cuestionar nuestros propios supuestos, antes de atribuirle el 100% de la responsabilidad a los estudiantes.
Afortunadamente, en nuestro caso, salvo la necesidad de hacer ajustes puntuales en algunas instrucciones, los supuestos y la estrategia de diseño del Bootcamp resultaron ser acertados. La respuesta a su convocatoria y los resultados obtenidos avalan esta aseveración.
Solo durante su primera edición, pasado mes de Abril del 2020, cuando se esperaba un promedio «masivo» de 100 postulaciones, se recibieron en cambio más de 3,000, de los cuales finalmente lograron iniciar sobre de 2,000. Se hacía posible dar atención a tal magnitud participantes por que el diseño de la experiencia de aprendizaje asincrónico así lo permitía y, por ello se podía mantener la consistencia de la experiencia en múltiples secciones paralelas mediante la integración de un mayor número de tutores que acompañar a los participantes.
Una práctica recurrente en la transición a la docencia remota de emergencia ha sido el intentar reemplazar el aula física por videoconferencia. Si bien es una solución inmediata y de emergencia, no es suficiente para asegurar una docencia remota efectiva. En este caso, se ofrecieron solo dos videoconferencias de 1 hora dada al inicio y al cierre del Bootcamp. Ambas cumplían los objetivos de: proveer otro tipo de experiencia tecnológica; demostrar la efectividad de una docencia asincrónica que ha sido meticulosamente diseñada para guiar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje sin la necesidad de estar todos conectados al mismo tiempo; y permitir a los participantes sentirse parte de una comunidad más extensa, más allá de sus 50 compañeros de sección.
Aquí una muestra de testimonios recibidos.
Ha sido una excelente forma de impartir el curso muy estructurado, dinámico, ordenado, que hace una experiencia nueva.
Me gustó la estructura del curso, incluso para personas que no tenemos tanta experiencia en la docencia, resultó muy útil la plantilla de estrategia.
Muchas gracias, fue una semana de gran trabajo e intensa, pero con el sabor dulce del placer de poder llevar a cabo un gran trabajo.
Excelente propuesta de aprendizaje. Me sirvió para desarrollar en la versión remota de mi curso.
Mil gracias por generar este espacio de conocimiento e intercambio. Me animan a la acción.
Quedo satisfecho con los resultados y sumamente agradecido al equipo INDES del Banco Interamericano de Desarrollo por la oportunidad de contribuir a sus ofertas de formación y por la oportunidad de ponerme al servicio de docentes en la región de América Latina y el Caribe, especialmente en tiempos de la emergencia sanitaria generada por el COVID-19. Queda en sus manos continuar actualizando y mejorando esta experiencia.
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